- ¿Dónde?
Hay docentes de raza. Pero Silvia no pertenece a esa categoría. O quizás al comienzo, si uno quiere ser crédulo. Lo cierto es que Silvia, como maestra, intenta, pero el doble turno y tercer grado desnudan un cerebro... gastado...
Amor y compromiso con la educación.
Silvia espera.
La señorita Silvia espera.
El agua para el mate.